Topando con Navarra
Tras un par de días de andar perdido cual pollo sin cabeza subitamente aquejado del "Baile de San Vito" Zapatero ha recuperado una posición vagamente erecta y un discurso que es más bien tres consignas.
La estrategia socialista tras el final de la dizque tregua de ETA tiene tres patas. En primer lugar intentar aprovechar el final de la misma como demostración palpable y tomasiana de que el gobierno ha sido inflexible con la ETA. En segundo lugar fingir, ahora, una dureza ante todo retórica que elimine la sensación de que la espina dorsal de Zapatero esta hecha de gominola y vainillina. Por último echar la culpa de todo al Partido Popular, empezando por el chusco episodio Zapatero-Gabilondo, para siempre ya "el hombre de los calzoncillos de Atocha" boicoteando su propia entrevista con Rajoy.
Hay que felicitar a Mariano Rajoy por haber desmontado inteligentemente esta estrategia acudiendo a la Moncloa. Se propone ahora Zapatero como el impulsor del Pacto Antiterrorista, aunque se niegue a recuperarlo. El hombre que dio su apoyo leal al gobierno popular en su lucha contra el terrorismo.
Olvida Zapatero mencionar que el Partido Socialista, su partido, se reunió hasta 25 veces con la ETA antes del alto el fuego, antes y después de ser Presidente del gobierno y, desde luego, durante la teórica vigencia del Pacto Antiterrorista, ese que decía Zapatero salirle "de las entrañas". Miente, una vez más Zapatero.
Lo cierto es que Zapatero se ha topado finalmente con lo que muchos llevabamos años diciendole que se iba a encontrar y es la imposibilidad de ofrecer nada a la ETA. Nemo dat quod non habet. El nacionalismo vasco ha obtenido todo lo que podía obtener y sólo por su necesaria condición irredentista mantiene viva la reivindicación de independencia. El nacionalismo circula en una bicicleta que se alimenta de reivindicaciones. Si dejan algún día de reivindicar todo el tinglado nacionalista de carguitos y cargazos, de empresas y subvenciones, de cohechos y compadreos se vendría abajo.
Hoy en día el País Vasco tiene un nivel tal de autogobierno que ha dejado al gobierno central en mero residuo. Lo único que la ETA puede exigir es la independencia y la anexión de Navarra. En Navarra los socialistas ya han plantado la torpe, turbia añagaza. Pactamos con vosotros pero sólo si nos dais la presidencia, han dicho a UPN. Dado que el PSOE es la tercera fuerza más votada está claro que el objetivo del PSOE es "culpar" al PP del futuro pacto PSOE-Nafarroa Bai o Navarra Bye-Bye.
"Nosotros hicimos lo que pudimos", dirá Puras con la larga mano de Zapatero firmemente hincada en su ceruleo trasero de muñeco de ventrilocuo. En estas condiciones el PP debe mostrar un sano escepticismo. Apoyo, si, pero, según, como y para qué. Rajoy haría bien en sentarse a esperar que las propias contradicciones del discurso zapateril lo hagan inviable: La contradicción fundamental: la tregua que nunca empezó ha terminado pero los batasunos vana tomar posesión de sus actas de concejal el próximo sabado.
Zapatero espera agazapado, no para terminar con la ETA sino para volver a negociar con ella.
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