Zapatero debe irse

Esta madrugada pasada los asesinos han anunciado que seguirán asesinando. Lo que viene a ser como si el escorpión diera una rueda de prensa para anunciar que seguira picando.

Poco se entiende pues la sorpresa salvo entre quienes voluntariamente decidieron, siguiendo a Zapatero, ponerse la venda en los ojos e intentar que todos los españoles nos la pusieramos acríticamente.

¿Era tregua una tregua con tres asesinatos? ¿Era tregua una tregua en la que se demolió con espectacular virulencia el aparcamiento de la T-4 de Barajas? ¿Era tregua una tregua en la que se incremento el terrorismo callejero? ¿Era tregua una tregua en la que se prosiguió con la extorsión a los empresarios? ¿Era tregua una tregua durante la cual los etarras rehicieron su entramado de bandas, su suministro de armas y sus fuentes de financiación?

La tregua sólo ha existido en la cabeza del Presidente Zapatero, bobo solemne, que llego a afirmar que era el "camino hacia la paz por el diálogo". Hasta nueve veces hemos salido millones de españoles a decirle que no había tregua, que le engañaban, que no vendiera la dignidad de la Nación Española a cambio de un frio plato de lentejas sin triar.

Esta madrugada hasta el plato de lentejas le han arrojado los etarras a la cara.

Hace unos meses, justo el día antes de que ETA atentara contra Barajas asesinando a dos personas Zapatero, oráculo admirable, craneo privilegiado, anunciaba que "dentro de un año", las cosas estarían mejor. Casi seis meses y tres cadáveres después, las "cosas" están incomparablemente peor.

Gracias a Zapatero, admirablemente secundado por Conde Pumpido, Batasuna ETA vuelve a sentarse en los ayuntamientos vascos.

Gracias a Zapatero, admirablemente secundado por Conde Pumpido, Batasuna ETA volverá a recibir dinero público, es decir, nuestros impuestos estarán financiando las balas que acabarán con nuestras vidas.

Gracias a Zapatero, admirablemente secundado por Conde Pumpido, Batasuna ETA dispone de los censos del País Vasco. Ahora sabe donde viven sus futuras víctimas.

Gracias a Zapatero, admirablemente secundado por Conde Pumpido, Batasuna ETA y sus compañeros de viaje están donde nunca soñaron estar: en condiciones de determinar el futuro de Navarra.

Gracias a Zapatero, admirablemente secundado por Conde Pumpido, Batasuna ETA se ha rearmado y vuelve a estar en condiciones de realizar atentados.

Zapatero ha devuelto a ETA todo el oxígeno que la implacable acción policial de los gobiernos de Aznar le había quitado.

¿Y ahora qué, Zapatero?

Si, como hemos advertido, el fin de la tregua no es el fin de la tregua porque nunca hubo tal tregua sólo cabe interpretar el anuncio etarra como un órdago a la grande ante un Zapatero rendido y humillado. Zapatero sólo tiene una salida honrosa: reconocer su fracaso, dimitir y permitir la renovación del PSOE hacia la moderación y la recuperación del centro.

Hemos aprendido, empero, a no hacernos ilusiones sobre la honorabilidad de Zapatero. Su salida será la de siempre: dilación y cobardía al principio y huera solemnidad después. A Zapatero no le bastaron los cuerpos de Estacio y Palate para romper una negociaciones en las que ha depositado todas sus esperanzas de repetir victoria electoral, dudamos mucho de que le basten unas palabras impresas.

Mientras Zapatero "caminaba hacia la Paz", ETA caminaba hacia la reorganización y el rearme sin abandonar jamás la violencia.

Zapatero debe irse.