26 de marzo de 2007

MÁS PALABRAS Y MENOS PATADAS

Hoy ha sido un día duro. Nada más llegar a casa me encontraba con unas imágenes espeluznantes en los informativos de A3 (desconozco si otros medios han cubierto la noticia): Antonio Aguirre yacía en el suelo tras recibir una patada cobarde, mientras Iñaki Ezkerra le intentaba reanimar. No me lo podía creer. Era como una pesadilla. Inmediatamente he enviado un mensaje a Carmen. No sabía qué hacer. La desesperación me superaba.

Antonio Aguirre es para las Juventudes Unificadas del Foro Ermua más que un mito. Tras dirigir el PSV hasta hace unos años, Aguirre no soportó la deriva nacionalista y pactista de su partido con ETA. Por este motivo no dudó en desvincularse de un “asiento político” por motivos éticos. Representa la libertad individual frente a los dogmas de partido y a la democracia vasca frente al chantaje terrorista. Por estos motivos, el espectáculo de esta mañana me ha afectado profundamente.

Dispuesto a escribir algún artículo que pudiese tener cabida en la sección de cartas al director de algún medio informativo, intenté engranar en pocas palabras la ignorancia supina de los “fans” de Ibarretxe, la escandalosa libertad de Otegui y la lamentable agresión de Aguirre, ayudado por la templanza de Ezkerra. Las palabras no me salían. Me era imposible engranar varias oraciones, pues en cada momento me venían al recuerdo las imágenes de la agresión, de la cobardía, de la sinrazón. Finalmente, he llenado folios de tinta, con pensamientos que doy por sentados: paz, libertad, justicia, democracia, vida...Tras varios borrones, he logrado articular un mediocre artículo con claras insuficiencias lingüísticas y una estructura que deja bastante que desear. Vuelvo a repetir, la lucidez no cabe hoy en mi mente. Es más fuerte el sentimiento que me corroe al ver la barbarie del terrorismo campeando en libertad por las calles.

Intentaré borrar de mis recuerdos estos bochornosos acontecimientos. He recopilado algunas fotografías de la infamia celebrada en el Palacio de Justicia de Bilbao. Pero no soy capaz de incluirlas en este blog. Sería verdaderamente negativo para nuestro autoestima recordar los momentos de agonía, mientras Otegui e Ibarretxe recibían los aplausos del público.

Sólo espero una pronto recuperación para Antonio y para Iñaki, del ataque sufrido hoy. Los defensores de la libertad debéis estar ahí siempre, ampliando el radio de ciudadanía y, sobre todo, dando la cara por todos aquellos que se han ido (la diáspora vasca). Nuestra esperanza está en vosotros y, hoy habéis demostrado el valor de las ideas frente a la agresión, el valor de la justicia frente la chantaje, el valor de la palabra frente al insulto.
LA FUERZA DE LOS HÉROES
No podían faltar los carlistas y aranistas en la defensa del diálogo con los asesinos. Su caudillo y adoctrinador, Ibarretxe, acudía a declarar por sus continuos intentos de integrar en la democracia española a los terroristas de ETA. Estos recalcitrantes herederos del absolutismo son los mismos que saludaban, años atrás, con el brazo falangista; los mismos que vociferaban “Dios y Patria”; los mismos que aceptaron ideologías decimonónicas basadas en fábulas y fantasías..

Estos no han cambiado. Por ello agreden a Antonio Aguirre, dirigente del Foro Ermua (y uno de los pocos que luchó por la libertad durante el franquismo). La democracia del PNV se asienta sobre la violencia, el chantaje y el miedo indefinido. Aseguran no creer en los métodos violentos, pero se valen de las amenazas de ETA para acabar con sus rivales políticos. Buscan una dictadura vasca, pero se enfrentan a un muro infranqueable formado por miles de demócratas vascos.

También andaba por allí Otegui, el apuntador de ETA. Fue enaltecido y zarandeado por los nazionalistas, elevado al rango de profeta. ¿Cuánto tiempo continuará brindado en libertad? Si el “caso de Juana” avergonzó a la ciudadanía, la libertad de Otegui roza la ilegalidad internacional. Zapatero pierde demasiado tiempo estudiando la manera de intervenir en la Justicia para ajustar el Estado de Derecho a las exigencias terroristas.

Malos tiempos para la democracia vasca. La espeluznante fotografía de Antonio Aguirre, sujetado por su amigo y compañero, Iñaki Ezkerra, simboliza la agonía política actual: dos héroes abrazados mientras una muchedumbre, ignorante y cobarde, insulta y apalea. Pese a ello, la democracia ha salido victoriosa, pues los nazionalistas no han logrado tumbar con patadas la voz de los ideales: libertad, justicia, paz, democracia...

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